Crear definiciones fijistas para el arte es algo realmente complicado debido a lo subjetivo del asunto y a su propia naturaleza cambiante. En principio hay consenso en que la escultura es diferente a la literatura, pero a medida que el arte avanza, esas fronteras pueden solaparse y ser más difusas.
Para el cómic me gusta la definición de composición narrativa formada mediante imágenes yuxtapuestas. No intento convenceros de que es la correcta, pero vamos a asumir que es algo así mientras dure este texto.
Una definición de videojuego como arte me resulta algo más complicado, en parte por su mayor diversidad formal y en parte porque hay poco estudio sobre el mismo como arte o con consenso al menos, pero hay algunos puntos que me parecen esenciales. El videojuego es interactivo y nuestras acciones definen la narrativa. Es el único arte que propone retos a superar para seguir adelante, como esencia del mismo.
Al dar el salto a la web, el cómic puede empezar a ir de la mano con la tecnología, sin embargo es algo que aún está en pañales, al contrario que el videojuego, cuyo crecimiento ha ido en paralelo con la tecnología. Dicho de otro modo, un cómic dibujado en los años 90 no ha cambiado demasiado con respecto a uno actual. El caso en los videojuegos es muy distinto.
Este salto en el caso del cómic es muy tímido. Esencialmente se ha limitado a cambiar el formato, y adaptarse al tipo de pantalla donde está siendo leído, con algunas excepciones notables. Un videojuego pensado para smartphone, en cambio, aprovechará la pantalla táctil o la portabilidad del mismo, por ejemplo.
Aunque ha habido propuestas muy interesantes, como las animaciones dentro de un cómic, lo cierto es que realmente se trata de un salto a otro arte dentro de una obra que pertenece a otro (por muy dinámico y bien integrado que sea ese cambio). Sin embargo hay otras aproximaciones que sí exploran más a fondo las posibilidades de este nuevo medio.
En Click and Drag, Randall Munroe presenta un dibujo enorme, lleno de pequeñas historias del cuál solo vemos una pequeñísima parte a través de una viñeta. El lector por tanto debe ir usando el ratón para ir arrastrando el dibujo en las cuatro direcciones para poder leer todas las historias. Es interesante notar que en ningún momento sabemos las dimensiones reales del dibujo, ni hay pistas de dónde pueden estar dichas historias. Se convierte en un juego de exploración al mismo tiempo que también es un cómic.
Recientemente en Homestuck han aparecido páginas que solo son accesibles si introducimos una contraseña. Las contraseñas aparecen claramente en la trama, de modos que no es demasiado complicado conseguirlas, pero es un caso muy interesante en el que un cómic nos está obligando a prestar un poco de atención para poder continuar. Homestuck no es nuevo en este terreno y ya ha presentado páginas que realmente son minijuegos, aunque como ya he mencionado, no estaban integradas como cómic.
Hace poco ha aparecido una página llamada Parable of the Polygons, que aparte de una buena reflexión sobre tolerancia e integración en la sociedad, muestra una forma de narrarlo de lo más interesante. A medida que bajamos por la página, se nos presentan ejemplos interactivos. Lo peculiar del caso es que el conjunto de ejemplos son interacciones yuxtapuestas que forman una composición narrativa. Sería peliagudo definir Parable of the Polygons como un webcómic, especialmente porque los propios autores no dicen que lo sea, pero como poco se puede discutir su parecido.
Evidentemente a medida que nos alejamos de la definición clásica de cómic será más complicado aceptar que lo es. Puede que haya que crear una nueva categoría para incluir estas excepciones que acaben formando un nuevo arte en sí mismo. Puede que haya que expandir la definición de cómic, pero parece plausible que a medida que las posibilidades que ofrece el medio y los conocimientos sobre el mismo se vayan extendiendo, cada vez sean más frecuentes encontrarnos páginas que incluyan este tipo de arte híbrido y difuso. Personalmente prefiero opinar que el salto que dieron los webcómics al incluir animaciones o lienzo infinito, simplemente fue el primer paso de un montón de nuevas posibilidades, del mismo modo que el 3D o el juego online lo supusieron para el videojuego.